viernes, 11 de julio de 2008

Recuerdos



Aún recuerdo la carta que me escribiste, la recibí unos días después de lo ocurrido. Cada vez que la leo mis ojos empiezan a llorar. Nunca nadie me escribió nada tan bonito y tan triste a la vez.

Hoy en día, después de tanto tiempo sigo llorando, lloro por mi, lloro por él, lloro por lo que fue, y por lo que no será, pero también lloro por ti.
Nunca nadie transmitió tanta tristeza, desesperación y soledad. Soledad en mayúsculas, siempre rodeada de gente, pero eternamente sola. Como echo de menos esas tardes y esas noches, frente a la chimenea, charlando, confesándome, contándote y escuchándote.

3 comentarios:

Samuel Mª García Tamajón dijo...

...que bonitos son los recuerdos. Lo malo de los recuerdos es que no se puede volver a ellos fisicamente, lo bueno es que mejoran con el tiempo.

Un abrazo,
Samuel

AINIA dijo...

SAMUEL
Gracias por tus bonitas y acertadas palabras.

Un abrazo para ti tambien

Mae dijo...

La soledad tiene muchas formas de ser asimilada, pero siempre termina por hacernos sentir, como tú bien dices, solos aunque estemos rodeados de gente.
Besos guapa y ya sabes que estoy muy cerca de ti para cuendo me necesites.